Actualmente, son pocos los que saben que el acueducto de Sevilla, del que hoy en día sólo quedan tres tramos visibles, tiene su origen en la época imperial romana, cuando Julio César amuralló la ciudad. Aunque también se conoce como "Los caños de Carmona", el agua no procedía de Carmona sino del manantial de Santa Lucía en Alcalá de Guadaira, a unos diecisiete kilómetros de Sevilla y finalizaba en la puerta de Carmona, de ahí su nombre. 
Fuente de Santa Lucía en Alcalá de Guadaira Desde aquí la mayor parte discurría soterrado, pero también se aprovechaba su corriente para mover varios molinos harineros en algunos tramos a cielo abierto, como los que aún hoy se conservan en la vega del río Guadaira.
Al llegar la canalización a la altura de Torreblanca, a unos 4 km. de la Puerta de Carmona, comenzaban los arcos del acueducto, motivo por el cual el lugar era conocido como Torreblanca de los Caños. La arquería contaba con un número de arcos que oscilaban desde los 390 hasta los 410 según diferentes autores. Es decir, si no se hubiera derruido, Sevilla podría gozar de un acueducto más largo que el de Segovia. El primer tramo del acueducto que se conserva está en la intersección de la avenida de Andalucía con la Ronda del Tamarguillo en la barriada de los Pajaritos 
El segundo está en la calle Luis Montoto, antigua calle Oriente, en la esquina con Jiménez Aranda. Se conocía como Alcantarilla de las Madejas y adosado al mismo acueducto, había un puentecito que permitía cruzar el cauce del arroyo Tagarete que entonces discurría por ahí. 
El tercer tramo, también está en la calle Luis Montoto, junto a la intersección de la calle Amador de los Ríos.
En 1990, con las obras previas a la Expo 92 apareció este tramo del acueducto al desmontar el puente de la Calzada, de principios del S XX, que salvaba el recorrido del ferrocarril procedente de Madrid y con destino Cádiz. 
Imágenes del Puente de la Calzada antes de su derribo. Antes de construirse el puente de la Calzada, por este tramo del acueducto circulaban incluso los tranvías. 
Después de la época romana, el acueducto quedó en desuso hasta la época almohade. Fue entonces cuando el califa Abu Yacub Yusuf, el mismo que mandó construir la nueva mezquita de Isbiliya y su alminar (la Giralda), el puente de barcas sobre el Wad al-Kebir (Guadalquivir) y el palacete de la Buhaira, realizó importantes obras de reparación en el acueducto y en el desvío desde donde actualmente está la Cruz del Campo para regar la zona de huertas y jardines existentes en la Huerta del Rey. 
Templete de la Cruz del Campo con vistas sobre la Giralda 
Palacio de la Buhaira con su gran alberca para regar las huertas de alrededor En 1172 se inauguró la restaurada traída de aguas y un gran aljibe en el centro de la ciudad, desde donde se repartía el agua a las fuentes públicas, palacios, baños y algunas casas privadas. 
Este dibujo muestra el recorrido que hacía el acueducto por la ciudad y los diferentes ramales de las canalizaciones. 
Canalizaciones que servían para abastecer de agua los jardines del Alcázar de los Reyes. 
Al otro lado de la muralla del Alcázar, en el Barrio de Santa Cruz, discurre el Callejón del Agua, llamado así porque seguía el recorrido de las canalizaciones.
Callejón del Agua. A pesar de la defensa que hizo el erudito José Gestoso para conservar el acueducto, la Comisión de Monumentos dictaminó que se trataba de “obra vulgar, sin rasgos artísticos, desprovisto de interés arqueológico” y permitió que en 1912 se demoliera la mayor parte del recorrido para evitar que en los arcos se refugiaran delincuentes y personas sin hogar. 
Como nota curiosa, en el segundo tramo que se conserva del acueducto, aún hoy puede verse la conocida como Virgen de las Madejas. La imagen primitiva de la Virgen fue robada de la hornacina y sustituida por este azulejo. El nombre de esta virgen proviene del símbolo del NODO, que se encontraba sobre ese hueco. Este símbolo, que hoy utiliza el ayuntamiento de Sevilla, representa el lema “No-madeja-DO”, que Alfonso X el Sabio otorgó a la Sevilla como agradecimiento por el apoyo prestado.
Fuente de Santa Lucía en Alcalá de Guadaira Desde aquí la mayor parte discurría soterrado, pero también se aprovechaba su corriente para mover varios molinos harineros en algunos tramos a cielo abierto, como los que aún hoy se conservan en la vega del río Guadaira.
Al llegar la canalización a la altura de Torreblanca, a unos 4 km. de la Puerta de Carmona, comenzaban los arcos del acueducto, motivo por el cual el lugar era conocido como Torreblanca de los Caños. La arquería contaba con un número de arcos que oscilaban desde los 390 hasta los 410 según diferentes autores. Es decir, si no se hubiera derruido, Sevilla podría gozar de un acueducto más largo que el de Segovia. El primer tramo del acueducto que se conserva está en la intersección de la avenida de Andalucía con la Ronda del Tamarguillo en la barriada de los Pajaritos 
El segundo está en la calle Luis Montoto, antigua calle Oriente, en la esquina con Jiménez Aranda. Se conocía como Alcantarilla de las Madejas y adosado al mismo acueducto, había un puentecito que permitía cruzar el cauce del arroyo Tagarete que entonces discurría por ahí. 
El tercer tramo, también está en la calle Luis Montoto, junto a la intersección de la calle Amador de los Ríos.
En 1990, con las obras previas a la Expo 92 apareció este tramo del acueducto al desmontar el puente de la Calzada, de principios del S XX, que salvaba el recorrido del ferrocarril procedente de Madrid y con destino Cádiz. 
Imágenes del Puente de la Calzada antes de su derribo. Antes de construirse el puente de la Calzada, por este tramo del acueducto circulaban incluso los tranvías. 
Después de la época romana, el acueducto quedó en desuso hasta la época almohade. Fue entonces cuando el califa Abu Yacub Yusuf, el mismo que mandó construir la nueva mezquita de Isbiliya y su alminar (la Giralda), el puente de barcas sobre el Wad al-Kebir (Guadalquivir) y el palacete de la Buhaira, realizó importantes obras de reparación en el acueducto y en el desvío desde donde actualmente está la Cruz del Campo para regar la zona de huertas y jardines existentes en la Huerta del Rey. 
Templete de la Cruz del Campo con vistas sobre la Giralda 
Palacio de la Buhaira con su gran alberca para regar las huertas de alrededor En 1172 se inauguró la restaurada traída de aguas y un gran aljibe en el centro de la ciudad, desde donde se repartía el agua a las fuentes públicas, palacios, baños y algunas casas privadas. 
Este dibujo muestra el recorrido que hacía el acueducto por la ciudad y los diferentes ramales de las canalizaciones. 
Canalizaciones que servían para abastecer de agua los jardines del Alcázar de los Reyes. 
Al otro lado de la muralla del Alcázar, en el Barrio de Santa Cruz, discurre el Callejón del Agua, llamado así porque seguía el recorrido de las canalizaciones.
Callejón del Agua. A pesar de la defensa que hizo el erudito José Gestoso para conservar el acueducto, la Comisión de Monumentos dictaminó que se trataba de “obra vulgar, sin rasgos artísticos, desprovisto de interés arqueológico” y permitió que en 1912 se demoliera la mayor parte del recorrido para evitar que en los arcos se refugiaran delincuentes y personas sin hogar. 
Como nota curiosa, en el segundo tramo que se conserva del acueducto, aún hoy puede verse la conocida como Virgen de las Madejas. La imagen primitiva de la Virgen fue robada de la hornacina y sustituida por este azulejo. El nombre de esta virgen proviene del símbolo del NODO, que se encontraba sobre ese hueco. Este símbolo, que hoy utiliza el ayuntamiento de Sevilla, representa el lema “No-madeja-DO”, que Alfonso X el Sabio otorgó a la Sevilla como agradecimiento por el apoyo prestado.
Me interesa esta información para un trabajo que tengo entre manos, ¿te importa contactar conmigo via Email?.
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