16 de enero de 2012

Edificios para usos singulares

La antigua Escuela del magisterio. Los adornos verdes en las esquinas de la puerta podrían ser dos interrogaciones, porque ni el artesano ceramista sabía qué era aquello tan misterioso de la “Práctica aneja. El hombre, y en este caso la mujer, es el único animal que tiene que aprenderlo todo, incluso algo tan antiguo y natural como ser madre, pero para eso está la Escuela maternal.

Con lo fácil que es: Sólo hay que escribir una carta a la cigüeña ¿o era una semillita que se introducía en la barriga sin saber cómo? En la fachada de la Catedral hacia la calle Alemanes está el Dispensario de extremaunción para quien no tiene espera. Es que hay algunos que no tienen consideración horaria al iniciar el tránsito hacia el más allá: Por aquí se avisa para que se administren los Santos Sacramentos a desora de la noche”. El Hospital de los Venerables Con lo descocadas que van algunas enfermeras, no es plan ingresar en un hospital cualquiera, y menos de la Seguridad Social, que luego pasa lo que pasa y bastante escasos andamos ya de vocaciones. El Consultorio de la Gota de Leche El nombre de esta antigua fundación no puede ser más sugerente. Esa gotita de leche brotando del pezón y escapándose por las comisuras de los labios del lactante mientras succiona con avidez… La Fábrica de hielo en Sanlúcar de Barrameda. Un poquito de on the rocks, para enfriar el ambiente. La restauración de la fachada ha dado lugar a un escaparate modelo cubito de hielo. El Costurero de la Reina, al lado del Parque de Maria Luisa. Según el decir popular, aquí bordaba primorosamente y hacía vainicas la Reina María Cristina, muy delicada de salud, mientras suspiraba por su Alfonso XII.

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